Es una realidad que desde el 2010 no se vivía una jornada tan violenta como la que se registró en la última semana de septiembre. El horror de cuerpos mutilados en al menos 7 municipios de la zona metropolitana, negocios cerrados, y sobre todo legítimo miedo en la población.
Sin embargo resulta curioso que esta escalada de violencia aparentemente vinculada al narcotráfico, se da justo en el contexto de la carrera presidencial y en medio del conflicto entre alcaldes y diputados del PRI y del PAN en contra de la administración del Gobierno de Nuevo León. Es inevitable pensar que un clima de inestabilidad, de violencia y de miedo, como el que se busca insertar en Monterrey y en todo Nuevo León, claramente complicaría cualquier intento de Samuel García por pedir licencia a su cargo para buscar una postulación para tener un presidente norteño.
Por otro lado, recordemos que el contexto para nada es el mismo que en 2010, cuando aún no se hacía pública la relación de García Luna con algunos grupos criminales, o cuando el país estaba en un pozo sin desarrollo que obligaba a muchos jóvenes a dejar sus estudios y sumarse al conflicto a cambio de unos cuantos pesos. Hoy tenemos en puerta uno de los proyectos económicos más importantes de la historia reciente para el Estado. Cientos de empresas internacionales apuestan su inversión en la gente trabajadora de Nuevo León, por tanto sería inadecuado, adelantarnos discursivamente a los hechos. Es por eso que es tiempo de ver resultados de la estrategia de seguridad, eso sí, esperemos que la fiscalía también haga su parte y no libere a los detenidos, y sobre todo que los partidos de la vieja política dejen de utilizar el terror como forma de hacer política. Recordemos que a pesar del apoyo de fuerzas de élite del ejército mexicano, el Gobernador ha dejado muy en claro que en Nuevo León para el crimen no van a haber abrazos.
Es por eso que resulta peculiar lo ocurrido en San Nicolás, donde alcaldes del PRI y del PAN hicieron esta suerte de circo en redes, señalando que Fuerza Civil iba a tomar el control de la policía. Esta situación puso en evidencia una increíble capacidad de coordinación, y de apoyo entre los municipios, pero ojalá lo hicieran así cuando se trata de sacar adelante las políticas que impactan verdaderamente a la gente.
Se les olvida que el origen de su problema radica en que la gente perdió la confianza en ellos.¿Y cómo no? si ya estaba harta de sus gobiernos que durante sexenios y sexenios hicieron poco o nada por garantizar el abasto de agua, por brindar un transporte digno para la gente que trabaja en todas las empresas de Nuevo León, o por atraer inversiones internacionales, etc.
Por otro lado, pensemos, si el Estado, o si otras corporaciones superiores tuvieran que intervenir las policías municipales para homologar la estrategia, pues sería sólo una respuesta a la solicitud de seguridad, solicitud que hicieran no sólo los municipios de la oposición, sino la ciudadanía. Repito, ojalá tuvieran la misma pasión y convicción por defender la mesa de colaboración metropolitana, que sí es una obligación constitucional y que dejaron en el olvido.
No se trata de que si el Secretario dijo, y luego abortó la misión; tampoco se trata de cuánto han invertido municipios en seguridad. Se trata de que los ciudadanos estén seguros, de que puedan salir a la calle con libertad, que puedan estudiar, trabajar, divertirse y disfrutar de este hermoso Estado con total seguridad.
Mtro. Rafael Páramo.
Director de Unidos por una Multimedia Educativa y Cultural, UXMEC.
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